jueves, 27 de septiembre de 2007

Minnie & Moskowitz


Uno de los disfraces más lindos de la felicidad es el de “película encontrada accidentalmente en el cable”. Realmente, la sensación de sentirnos secuestrados por una película en el medio de un zapping sin esperanzas en una noche aburrida y solitaria, es estupenda. Y, como si fuera poco, si ese filme con el que nos cruzamos y que nos quita la respiración tomándonos de alguna parte del cuerpo para que no podamos levantarnos del sillón hasta que termine, es de Cassavetes, con Gena Rowlands y Seymour Cassel, la sensación es (aún) mejor. Estoy hablando de "Minnie & Moskowitz”, una de las películas más geniales, caóticas e histéricas de todos los tiempos, y de cómo irrumpió en mi vida la noche de ayer, gracias a los programadores de “Retro”.


"Minnie & Moskowitz” es, sin dudas, un filme de los que me gustan, de los que disfruto de principio a fin, de los que haría si tuviera el talento necesarip, de los que agradezco a quien corresponda porque existen, nomás. Lejos está de ser una película perfecta aunque, de todos modos, no creo que haya sido rodada con esa intención porque, de alguna manera, intuyo que Cassavetes vivía el cine pasionalmente. Su vínculo con la cámara estaba más cerca del corazón que del cerebro. Quizás por eso mismo es que se trata de un filme vital, que siente y respira durante cada uno de los minutos de su duración; con errores que no pasan desapercibidos pero con grandísimos aciertos que son mucho (pero, mucho) más importantes que sus flaquezas en el desarrollo de la historia.

Me gusta esta película porque es de las que se parecen a sus realizadores, de las que sus creadores son reconocibles en cada uno de los fotogramas, de las que son genuinas y honestas. No pretendo autoanalizarme, pero creo que me gustan las películas de la misma manera en que me gustan las personas: imperfectas, con tics, reiteraciones, que saben cómo utilizar sus distintas capacidades para asombrarnos, conmovernos, emocionarnos, divertirnos o hacernos llorar, que hacen del error un estilo y que no exaltan sus virtudes porque ellas mismas se encargan de destacarse. Tal vez, pienso, me gusten las películas demasiado humanas… o las personas muy fílmicas. ¿Quién lo sabe? De cualquier modo, aviso, si alguien tiene la respuesta, por favor no me la diga. Las certezas no me interesan en absoluto.

“When I'm with someone I want to get away."

(Minnie)

"I think about you so much I forget to go to the bathroom."

(Moskowitz)

Minnie Moore (Gena Rowlands) trabaja en el Museo de Los Angeles, va al cine a ver a Humpery Bogart, se emborracha con una compañera de trabajo, se cae por las escaleras y acaba de terminar una particular relación con Jim (John Cassavetes), un hombre casado que no la trata nada bien. Seymour Moskowitz (Cassel), es un muchacho muy particular, con pelo largo y bigotes extravagantes, que trata de ganarse la vida trabajando en un estacionamiento de autos, come comida chatarra y va al cine a ver a Humprey Bogart, hasta que decide pedirle dinero a su madre y dejar New York para instalarse en Los Angeles.

Minnie y Moskowitz se conocen en el estacionamiento de un restaurante cuando ella sufre un incidente con un señor con el que va a almorzar durante su receso laboral. A partir de ese momento, ellos se vuelven inseparables y, entre peleas, histeria, idas, vueltas, la necesidad de ser amados, más peleas y más histeria, darán luz a un amor que conmueve, emociona, sorprende, fastidia y maravilla, enamorándonos, también, a los espectadores.

“...La historia básica surgió de recordar ciertas vivencias de soledad. La necesidad de una familia, del amor, de la amistad y de un entendimiento entre ciertas personas que te gustan y que quieres...”, contó Cassavetes en el libro “American Dreaming. The films of John Cassavetes and the American Experience”, escrito por Ray Carney.

Para quienes quieren saber más sobre el tema, les recomiendo el siguiente link:


http://lapodridaopinion.blogspot.com/search/label/cine%20independiente


Allí, podrán leer un gran trabajo hecho
Susana M. Salguero, una de las grandes fanáticas de este genial e importantísimo director llamado John Cassavettes.

Ojalá la puedan disfrutar tanto como yo, aunque supongo que con la mitad, les alcanzará para ser felices durante dos horas. No es poco…

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola, estoy buscando ver la peli, podrias ayudarme? estoy desesperada.... en españa està descatalogada, es la mejor peli vista en mi vida....salu2 y gracias