jueves, 4 de octubre de 2007

Apuntes en Las Cañitas



Tu nombre me recuerda tanto a vos.

El invierno se tomó un pequeño recreo durante esta semana otoñal de julio y, a nueve minutos de las seis de la tarde, los faroles girondianos comienzan a encenderse recordándonos lo sólo que estamos, que la noche está por llegar y con que ella traerá a la más terrible de las soledades, la misma que nos regalará un espejo que nos refleja tal cual somos. Con ese espejo vendrá, y gratis, un manual de instrucciones de nosotros mismos, pero escrito en japonés porque, quizás, estamos destinados a no funcionar.

Un hombre intenta tomarme una fotografía y robarme el alma desde un auto verde. Verde como el banco en el que estoy sentado, verde como quería García Lorca, pero no tan verde como el verde del lápiz con el que escribo. De todos modos, verde no es otra cosa que green en castellano.

Hoy dan "Rumble fish" en el cable y mañana no será mejor, como todos lo sabemos, aunque, seguramente, sea más saludable pensar lo contrario y volver a poner el despertador en hora para que no se olvide de levantarnos con su grito histérico.

El cielo está totalmente oscuro y el viento insiste en golpearnos las camperas y las bufandas con más fuerza que hace un rato.



Boulevard de Chenaut - julio 2007

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