domingo, 25 de noviembre de 2007

Patti no te quiero

Que los ruidos te perforen los dientes,
como una lima de dentista,
y la memoria se te llene de herrumbre,
de olores descompuestos y de palabras rotas.
Que te crezca, en cada uno de los poros,
una pata de araña;
que sólo puedas alimentarte de barajas usadas
y que el sueño te reduzca, como una aplanadora,
al espesor de tu retrato.
Que al salir a la calle,
hasta los faroles te corran a patadas;
que un fanatismo irresistible te obligue a prosternarte
ante los tachos de basura
y que todos los habitantes de la ciudad
te confundan con un madero.
Que cuando quieras decir: "Mi amor",
digas: "Pescado frito";
que tus manos intenten estrangularte a cada rato,
y que en vez de tirar el cigarrillo,
seas tú el que te arrojes en las salivaderas.
Que tu mujer te engañe hasta con los buzones;
que al acostarse junto a ti,
se metamorfosee en sanguijuela,
y que después de parir un cuervo,
alumbre una llave inglesa.
Que tu familia se divierta en deformarte el esqueleto,
para que los espejos, al mirarte,
se suiciden de repugnancia;
que tu único entretenimiento consista en instalarte
en la sala de espera de los dentistas,
disfrazado de cocodrilo,
y que te enamores, tan locamente,
de una caja de hierro,
que no puedas dejar, ni por un solo instante,
de lamerle la cerradura.

Oliverio Girondo.

Patty te quiero

Es imposible no querer a una mujer que inspiró dos de las canciones de amor más lindas de todos los tiempos: "Something" y "Layla". Hoy brindo por ella, por Miss Boyd, groupie y parte fundamental de eso que alguna vez hemos conocido como "rock & roll".

Regalitos:

http://youtube.com/watch?v=PdC7h7N-7Is

http://youtube.com/watch?v=hsCezy3QJ2M

jueves, 22 de noviembre de 2007

Máxima en la trasnoche del jueves


La libertad es tomarse un taxi.

martes, 20 de noviembre de 2007

Tus preciosos dientes torcidos



Sí,
dejé de llamarte,
pero me gustabas.

De todos modos,
guardé en mi memoria
tus preciosos dientes torcidos,
tu risa nerviosa y ese flequillo desparejo,
que me siguen acompañando
cada madrugada que sobrevuelo por Plaza Italia.

lunes, 5 de noviembre de 2007

¿Y?


¿Y si te dijera que no todo está perdido?
Que podríamos ser felices juntos por mucho tiempo
y que no te preocuparas por las boletas de la luz ni del gas.
Que te olvidaras de los lunes a la mañana
y que borraras de tu sistema operativo mis pequeñas y especiales peculiaridades
que tan rápido te sacan de quicio
porque ya no estarián más.
Que podría conseguirte los certificados médicos que necesitás para justificar las faltas al trabajo
o que te extraño tanto que ya no sé lo que es extrañarte.
Que no me parece linda tu amiga linda
o que al contrario de lo que dije esa noche,
sí me gustó el kanikama que compramos en Chinatown.
Que no quiero que te vayas al fin del mundo
ni que te olvides de mí.
Pero, si te dijera todo eso que siento y que tengo ganas de decirte,
no sería yo,
bajo ningún punto de vista.


31/10/07 - Scalabrini Ortiz y Las Heras (entre rejas físicas y sentimentales)
21 hs.
Color del banco de la plaza: verde, nunca blanco.

Adam Sandler


Si no existiera Adam Sandler,
los domingos a la tarde pensaría en vos
y en lo estúpido que fui al sabotear nuestra relación.
Por suerte, existe Adam Sandler
y sé muy bien que soy un estúpido.
Lo de los domingos a la tarde,
está fuera de mi alcance.

Burbuja de desamor


Ella saca de la cartera una pastilla, se acerca a Jovic, le quita la copa de vino y bebe un trago para tomar la píldora.

Holly

Es Rivotril. No te asustes que no me voy a matar por vos. Aunque te encantaría si lo hiciera, ¿no? Te encantaría porque sos un idiota, Jovic. ¿Por qué no te preguntás qué estás haciendo conmigo? ¿Qué estás haciendo con tu vida? Ya no sos un adolescente, ¿sabés? Te comportás como uno, pero no lo sos. Estás grande. (Pausa) Nunca te entendí, a decir verdad, pero, al menos, antes, eras gracioso. Ahora, no. Sos un chiste que no me provoca más gracia. No, no sos un chiste. Sos un tango, eso es lo que sos. Un tango con piernas y anteojos. (Pausa) Me divertía con vos, me hacías reír, lo pasábamos bien juntos. Ahora, en cambio no sé qué te pasa. Estás encerrado en tu burbuja de cine italiano, librerías de la calle Corrientes, los mismos bares de siempre y la obsesión idiota por las camareras, por las fotógrafas, fotógrafas que trabajan como camareras… ¡como yo!, la faceta homosexual que te despierta Zach Braff, la pizza de Kentucky, Bioy Casares, Oliverio Girondo, los pañuelos de tela, los sacos dos botones, el bendito Rosario Central que nunca gana, el rock inglés, la radio AM, los Sugus de menta, Inodoro Pereyra, el lirismo futbolístico de Menotti, Woody Allen y todos sus patéticos personajes, New York, las flores que te consigue ese hippie roñoso que te ponen más tonto de lo que sos, la revolución justicialista y, por sobre todo, tu estúpida y maniática hostilidad narcisista.

Holly se calle. Jovic la mira. Ambos se miran en silencio.

Jovic

¡No puedo creer que no lo hayas incluido a Leonardo Favio!


Corte a...







Mejor


All that jazz siempre será mejor que All that cumbia.