
Cuando me acuerdo de vos,
elijo fragmentarte, sacarte de contexto,
correrte del lugar que tenés en mi vida ahora
para que el recuerdo sea más liviano y esté alejado de rencores,
pero empapado de nostalgia y alegría,
sensaciones que me transportan a nuestro primer desayuno juntos en una ya extinta estación de servicio en Palermo,
las salidas al cine, los feriados cerca de la cancha de Excursionistas,
las tardes de sexo y las noches de películas por cable y helado,
el aniversario de la revolución de mayo,
las peleas infantiles en cada avenida de Buenos Aires,
tu gato moribundo y la temperatura tropical del departamento,
en el que había amor y no había miedo,
la fantasía del placard y mi sueño de Indiana Jones
que me permitió escapar de cada uno de los brazos en lo que me sentí cómodo.
12 de agosto de 2007 - tardecita cerca del Malba.