
Buenos Aires es una ciudad preciosa,
con o sin alguien de la mano;
con o sin Marina, con o sin Soledad,
con o sin Pilar, con o sin Alfonsina.
¿Con María?
Con ella, Buenos Aires sería New York.
La última mañana que despertamos juntos,
Nos despedimos de una manera tan automática y tan calculada,
que ni hizo falta que calculáramos nada,
pero las despedidas son así,
solamente despedidas.
Aún las que terminan siendo para no siempre.