Calmantes

Prometeré mi calma ante los mimos,

falsos sordomudos,

vendedores varios,

hippies,

alternativos,

modernos de turno,

empleados de fast food,

colectiveros,

taxistas,

percusionistas,

escritores de best sellers,

grupos religiosos,

llamadas telefónicas inoportunas,

el tic tac de los relojes,

palabras que evidencian el engolamiento de quienes adornan sus ideas y su estilo con la falaz pedrería de programática, de acervo, de coyuntural, etcétera

(gracias Bioy)

depresivos cool,

gaviotas,

supermercados chinos,

alturas,

ascensores,

el "nuevo cine argentino",

caramelos masticables pegados al papel que los envuelve,

el verano,

el mondongo,

dentistas,

proctólogos,

cloacas,

aftas,

cumbia,

laxantes,

policías bonaerenses y de los otros,

manifestantes de turno,

derecha argentina,

izquierda argentina,

radio 10 y todos sus integrantes,

gente que pasea por la calle,

pañuelos de papel,

estudiantes de cine,

todo tipo de preguntas,

malestar estomacal,

dolor de muelas,

sillones muy caros e incómodos,

la mañana,

días lunes,

reuniones de padres,

espejos,

paraguas,

plaza Francia,

calle Florida,

estornudos ajenos,

reproches,

comezones frenéticas,

resfríos interminables,

ceremonias religiosas,

cucarachas,

los que hace ruido cuando beben café o toman sopa,

comparsas,

el día de San Valentín y demás fiestas importadas,

bocinas que intempestivamente intervienen en nuestras vidas,

saludos de gente despreciable,

uñas largas,

manzanas arenosas y la arena en general

pasto,

espacios al aire libre,

toses en el cine,

mal aliento,

hare krishnas

y la puta madre que los parió a todos.