domingo, 16 de diciembre de 2007

Camino


Crecer, morir
en tu espalda, en tus senos,
en tu cama, con tu aliento,
con tu olor y tus besos,
con el tiempo como esclavo,
con tu amor de consuelo,
de meta, de sueño,
de camino y de espejo;
tibio, lento, insolente y espeso,
grande como el cielo,
fuerte como el viento fuerte,
ese viento que sopla en tu cadera
llevándome al extremo,
marcando mi destino,
mi vida, mi ocaso,
precioso y risueño.

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