lunes, 5 de noviembre de 2007

Burbuja de desamor


Ella saca de la cartera una pastilla, se acerca a Jovic, le quita la copa de vino y bebe un trago para tomar la píldora.

Holly

Es Rivotril. No te asustes que no me voy a matar por vos. Aunque te encantaría si lo hiciera, ¿no? Te encantaría porque sos un idiota, Jovic. ¿Por qué no te preguntás qué estás haciendo conmigo? ¿Qué estás haciendo con tu vida? Ya no sos un adolescente, ¿sabés? Te comportás como uno, pero no lo sos. Estás grande. (Pausa) Nunca te entendí, a decir verdad, pero, al menos, antes, eras gracioso. Ahora, no. Sos un chiste que no me provoca más gracia. No, no sos un chiste. Sos un tango, eso es lo que sos. Un tango con piernas y anteojos. (Pausa) Me divertía con vos, me hacías reír, lo pasábamos bien juntos. Ahora, en cambio no sé qué te pasa. Estás encerrado en tu burbuja de cine italiano, librerías de la calle Corrientes, los mismos bares de siempre y la obsesión idiota por las camareras, por las fotógrafas, fotógrafas que trabajan como camareras… ¡como yo!, la faceta homosexual que te despierta Zach Braff, la pizza de Kentucky, Bioy Casares, Oliverio Girondo, los pañuelos de tela, los sacos dos botones, el bendito Rosario Central que nunca gana, el rock inglés, la radio AM, los Sugus de menta, Inodoro Pereyra, el lirismo futbolístico de Menotti, Woody Allen y todos sus patéticos personajes, New York, las flores que te consigue ese hippie roñoso que te ponen más tonto de lo que sos, la revolución justicialista y, por sobre todo, tu estúpida y maniática hostilidad narcisista.

Holly se calle. Jovic la mira. Ambos se miran en silencio.

Jovic

¡No puedo creer que no lo hayas incluido a Leonardo Favio!


Corte a...







No hay comentarios: