viernes, 7 de septiembre de 2007

Subte línea d



Con tu mirada perdida

y una remera roja,

invadiste y alegraste

con total impunidad

la soleada, pero triste,

mañana del lunes

y, eso, no es tarea fácil.

Todos sabemos que los lunes son días difíciles.

Gracias por la felicidad subterránea.

y esa sonrisa

inolvidable hasta Catedral,

aunque te hayas bajado en Callao,

dejándome tan acompañado y tan sólo al mismo tiempo.




(15 de enero de 2007 – casi mediodía)

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